"De repente me pregunto cómo hacer para sobrevivir en el mundo real, sin que se me caigan las alas de la inocencia, sin tener que caer en el profundo abismo de la realidad muchas veces aterrador.
En donde la magia de vivir se desvanece poco a poco, como una flor que alguna vez fue capullo y ahora se marchita, como la inocencia de la mayoría.
Inocencia aquella que nos hace ver las paginas de la vida, blancas puras y cristalinas, pero a su vez con diversos relieves, texturas y colores .Colores que difunden su luz en la atmosfera y lo envuelven a uno en una brisa de dulzura e imaginación.
Pero temo que a medida que el reloj avanza, llegará la inevitable hora de crecer, y que el viaje en la burbuja de la infancia ha llegado a su fin. Puesto a que se debilita cada vez mas cuando mi corazón deja de creer, me hago pesada, me vuelvo real.
Caigo y me golpeo con la verdad, esa inevitable verdad que hace que un pajarillo salga del nido maternal y emprenda el vuelo a buscar nuevos rumbos.
Pero el miedo de perder mis alas me petrifica, al saber que el nuevo suelo que pisaré será incompatibles con ellas, pero me resisto a la idea de perderlas y convertirme así en un ser apagado con alma mustia.
Pero hago un trato con la realidad y las cubriré con el manto de la esperanza, para que no las dañe la maldad ni las carcoma el egoísmo.
Y así poder en una tarde cualquiera, descubrirlas al sol y que sus rayos centelleen en ellas su luz.
Y volar alguna flor cercana y quedarme ahí para nutrir mi espíritu de alegría y sobrellevar así la rutina creada de cada día. "
Amelie...
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